Unos días antes de que mi madre se pusiese enferma me puse a hacer estos bocetos con la intención de pintarlos a pastel. Son unos retratos que me comprometí a hacer, o al menos intentarlo. Pues bien animada ya a empezar cogí mis papeles, mis lápices, reglas y gomas y me fui a casa de mis padres. Allí sentada en la mesa camilla con ellos estuve dibujando, mientras hablábamos, comentábamos y reíamos, como tantas veces habíamos hecho. Yo le preguntaba a mi padre y mi madre qué les parecía lo que llevaba dibujado, que si se parecían a los niños de las fotos y mi padre, como siempre hombre de pocas palabras, decía "va bien". Mi madre, más charlatana me indicaba los defectos que veía, siempre acertados, y me insistía en que los pintara guapos. De todas maneras puedo decir que le gustó los bocetos y me alegro que los viese ya que ella se sentía orgullosa de todo lo que hiciéramos dentro de la creatividad.
Tengo que pintar estos retratos a pastel. Lo sé...
No hay comentarios:
Publicar un comentario