Miraba fijo la palmera
la nube que estaba en el cielo,
blanca y clara como la espuma,
tierna y dulce como un beso.
El viento la mecía
con un vaivén sereno
haciendo que brillara
como las llamas del fuego.
Con finura y elegancia
va siguiendo ella el juego
aumentando su belleza
con el cambio de su aspecto.
La palmera deseaba
estrujarla con sus dedos
y alargaba así las ramas
para conseguir su sueño.
Árbol grande, duro y fuerte
con raíces en el suelo
resistente a las sequías
y a las tormentas del invierno.
Árbol grande, dulce y sabio
que aunque tenga el rostro viejo
ama, lucha, vive y sueña
con el alma de un joven tierno.
(Conral, 12-07-2006)
Reconozco que ya no está una con la mente muy a punto. En la anterior entrada puse un poema que no correspondía ni con la foto de la palmera ni con el comentario que escribí debajo de la foto. Espero que me perdonéis los que os disteis cuenta. Gracias por seguir visitando este rincón.
7 comentarios:
Muy lindo, Conral.
Besitos
Muy bonito Conral, acabo de llegar de viaje y nos hemos encontrado con muchas palmeras.
Besitos fuertes y feliz fin de semana
Muy hermoso poema le dedicas a la palmera Conral, lástima que ya no esté. En mi ciudad hay bastantes palmeras pero las que están cerca de la mar no se conservan muy bien.
Abrazos.
Hola Conchi!. Hacía tiempo que no me pasaba por aquí, me han gustado tus poemas, una faceta que desconocía tuya o no me acordaba.
Espero estéis bien.
Un fuerte abrazo.
Hola escribes muy bonito. Seamos fuertes como las palmas. Besos
Tus poemas... un rato muy agradable nos haces pasar, sigue así, con o sin palmera jeje.
Espero que sigáis todos muy bien.
Un fuerte abrazo
Yoli y Jose
Muy bonito...escribes muy bien!
BESOS
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