Ayer por la tarde empezó a cambiar el color del cielo. Se iba poniendo anaranjado y costaba respirar en la calle.
Las fotos están hechas por una prima mía que vive en Málaga. Allí no solo han sufrido los efectos de la calima, sino también de la fuerte lluvia y el viento. El levante se ha llevado la arena de las playas y hay muchos chiringuitos a punto de derrumbarse.
La naturaleza tiene sus ciclos. Y es sabia.
Lo curioso es que los humanos creemos que podemos "dominarla". A lo mejor la madre Tierra ya se está cansando de esta humanidad tan egoísta y arrogante.
Os dejo un abrazo y mi cariño para todas las personas que seguís pasando por aquí.
2 comentarios:
Hemos pasado unos días viviendo bajo un cielo amarillo y con la lluvia el barro lo ha puesto todo perdido.
A partir de mañana parece que la cosa mejora.
Besitos
Cuanta razón llevas amiga,abrazos,cariños.
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