Cajita con mandala

Esta cajita de madera se la decoré a mi buena amiga Rosa este verano. Ya me había confiado otra caja como esta el año pasado en la que pinté una rosa amarilla, no sé si os acordáis (la foto está en la columna de la derecha).

Esta vez pensé probar otra cosa. Pinté un mandala con óleos sobre papel de terciopelo rojo y luego lo pegué sobre la tapadera, dejando un pequeño borde alrededor para que simulara que está incrustado.

La verdad es que me costó pintar el dibujo con los óleos a mano alzada, ya que la caja es pequeñita, pero en persona queda muy bien. Al menos, a mi amiga le gustó y eso es lo que yo pretendía, que le gustara.

La verdad es que me dio las cajas (ésta y otra un poco más grande) en el mes de noviembre para que se las transformara, pero con unas cosas y otras no pude ponerme hasta este verano. Como no me he ido de viaje pues he tenido tiempo para muchas cosas. "¡No hay mal que por bien no venga!"
En otra entrada os enseñaré la otra caja, que no tiene nada que ver con esta, pues ya sabéis que me gusta probar y cambiar de técnicas.
Pintar el mandala me ayudó bastante y me hizo recordar a muchas personas que el verano pasado nos empeñamos en buscar mandalas por todos lados. Lo pasamos muy bien y creo que nos aportaron muy buenas vibraciones y mucha energía positiva, lo que yo deseo que éste les dé a mis amigos, Rosa y José Pablo.


Aprovecho para daros las gracias en nombre de mi hija y en el mío propio por todos los comentarios que nos dejasteis en la anterior entrada. ¡Ahora no se quita el jersey!

Llevo tiempo sin poder pasar por vuestros blogs por problemas familiares, pero no me olvido de vosotr@s y en cuanto pueda pasaré a visitaros, para disfrutar con vuestros trabajos y para daros un abrazo.
Gracias por vuestra compañía.