Empecé a ir a la escuela con cuatro años, con una maestra que se llamaba Doña Carmen. Con ella aprendí a leer y a escribir mis primeras letras. Es curioso cómo la recuerdo, no tanto por lo que hiciera en su clase, llena de niñas mayores que yo, sino por su aspecto físico. Alta, con el pelo teñido de rubio, muy correcta hablando y muy exigente. Estaba casada con un hombre que se llamaba Alfonso y no tenían hijos. No sé cuánto tiempo estuve con ella. Recuerdo que la trasladaron a Algeciras y que teniendo yo unos doce años, fuimos mis padres, mi hermana y yo a visitarlos.
Después tuve otras maestras a las que apenas recuerdo. Con nueve años me apuntó mi madre a dar clases con un maestro, Don José. Digo me apuntó porque había que pagarle por aquellas clases que me daba. Con él hice Ingreso, 1º, 2º y 3º de Bachillerato. Lo hacía por libre y en junio tenía que ir a examinarme a un instituto.
A partir de 4º dejé de estar con el maestro (así lo llamábamos y lo seguimos llamando todos sus alumnos) y tuve muchos otros profesores. A algunos los recuerdo y a otros no, pero de mi mente no se borrarán ni Doña Carmen ni Don José, ella por haber sido mi primera maestra y él porque me enseñó la mayoría de las cosas que aún sé.
Don José me transmitió el amor por las matemáticas. Aprendí a resolver los problemas, a calcular fórmulas como la de la longitud de la circunferencia, el área del círculo o hallar el radio. Aprendí geografía (todos los montes y cordilleras, ríos, golfos y cabos, países y capitales del mundo), historia, latín, lengua y literatura… Aprendí las reglas de ortografía y el gusto por escribir bien, con buena letra y sin faltas. Nunca olvidaré lo que me costó escribir nube con b, llegué a copiar esta palabra quinientas veces, hasta que un día descubrí que si nublado se escribía con b era porque nube también llevaba la b, ya que nublado es una palabra derivada de nube.
Al lado de Don José siempre estaba Sole, su esposa, que sin ser maestra también nos enseñó muchas cosas. Ufff, ¡cuántos recuerdos!
Ha pasado mucho tiempo desde que yo era una niña que empezaba a aprender, pero aún me queda tanto por descubrir…
Hace dos años que Sole se fue definitivamente y dejó al maestro solo, con sus hijos y nietos pero solo. En los últimos años de su vida compartí con ella muchos momentos debido a que estábamos en un grupo de teatro. A los últimos ensayos ya venía muy enferma pero con una fuerza y unas ganas de vivir impresionantes. Su última obra: “¿A qué venía yo?”, un entremés de los Hermanos Álvarez Quintero, la bordó. Ella era una artista, no sólo para representar un personaje en un escenario, sino pintando, bordando, restaurando objetos antiguos, etc, etc. Le gustaba aprender todas las técnicas y también le gustaba enseñar. Una gran persona.
Al poco tiempo de su fallecimiento, un día me pregunta el maestro que si yo tenía caballete para pintar (yo acababa de empezar a hacer mis primeras pinturas), le dije que no, que utilizaba el de mi hermana. A los pocos días se presentó en mi casa con un caballete. Me dijo: “Conchi, Sole tenía dos caballetes. Toma, éste es para ti, sé que lo cuidarás y que lo conservarás con mucho cariño”. Este detalle me conmovió, pues para mí significaba mucho tener un objeto de una mujer a la que quise y admiré.
Hace unos meses se me ocurrió pedirle una foto a Don José para hacerle un retrato. Le dije que sería un ejercicio, para practicar yo, que no se lo tomara de otra manera. Como maestro que fue y será siempre, me entendió y a los pocos días me llevó a casa unas cuantas fotografías. Me dijo que yo eligiera la que quisiera, pero que no le dijera cuál iba a pintar. La mayoría de las fotos era de cuando él era joven pero había una de mayor, de hace muy poco tiempo, y esa fue la que elegí.
Pastel sobre papel
Medidas: 30 x 40 cm
Cuando fui a llevarle el cuadro no podía imaginar que él se iba a emocionar al verlo. Se le saltaron las lágrimas, me dio un beso y repetía una y otra vez: “no sé cómo lo haces, cómo logras pintar los rostros así… me reconozco, éste soy yo, mis ojos, mi boca, mi poco pelo blanco,…” Emocionado me daba las gracias. Yo me quedé sin palabras. También estaba emocionada, y allí, en el salón de su casa, rodeados de tantas y tantas cosas de Sole, sintiendo su presencia, la que me había acompañado mientras pinté el retrato, comprendí lo importantes que son los pequeños detalles de amor. Un momento de felicidad puede significar una eternidad.
Estas personas han formado parte de mi vida y nunca las olvidaré.
24-10-09
28 comentarios:
Quiero daros las gracias a todas las personas que seguís parasando por este rincón desde hace mucho tiempo y a las que lo hagan por primera vez. Guardo en este espacio mis trabajos y mis recuerdos y me gusta compartirlos con vosotr@s. ¿Para qué los quiero sólo para mí?.
También quiero pedir disculpas porque la foto del cuadro me salió ladeada. No la he visto hasta hoy y ya no puedo repetirla. Espero que me disculpéis.
¡Un abrazo para tod@s!
Conchi
Conchi, es una historia preciosa, y mira que hay personas que dejan huella, y se convierten en parte de nuestros recuerdos, eso si que es importante, un beso
Es unplacer ver tus trabajos,ya no digo nada de tus comentarios.No puedo olvidar a Doña Maria mi maestra de parbulos,Don Agustin,Don Marce,Doña Angelita un recuerdo muy especial para ellos.
Hola Conchi ,una emotiva historia.
De verdad que dejan huella los profesores,mi profesora tambien se llamaba Carmen.
Encomiable trabajo Conchi. Te felicito.
Recuerdos a tu papá.
Un fuerte abrazo desde Barcelona!!!
Conchi, creo que lo más dificil en pintura es el retrato, y tú tienes una facilidad extraordinaria.
Una historia digna de recordar.
Un fuerte abrazo.
No me extraña que se emocionara!!! Yo hubiera llorado a moco tendido!! ahora ya me ha faltado poco...!
Como de costumbre... FELICIDADES Conchi!
Un gran abrazo
A tí es a quien tenemos que dar las gracias, por poderte leer, poder ver esos retratos, con la facilidad y la exactitud que los haces, por poder contarte entre las amigas, por tantas cosas que compartes, que nos animas, que nos dedicas tus comentarios con cariño, por todo, gracias por estar ahí. Besitos.
Conchi, después de mucho tiempo no poder entrar en este blog, hoy vuelvo a estar por aquí y sin dificultad. Son cosas que nunca sabré el porqué...
Un recuerdo muy emocionante y lleno de cariño. No me extraña que tu maestro se emocionara con tu trabajo que por lo que he podido leer, es excelente...
Abrazos...
Esto emociona a cualquiera, es un gran recuerdo que siempre perdurará en tu mente y en tu corazón, demuestras ser una mujer con un gran corazón hacia las personas que formaron una parte muy importante en tu vida.
Tus retratos son una obra impresionante porque creo que es de lo más fificil de conseguir y tú bordas.
Un abrazo.
Jose y Yoli
♥
Qué bonito gesto el tuyo. Tiene razón el maestro de emocionarse.
Un abraz♥
Conchi no solo tu profesor se emociono... yo al leerlo tambien me emocione
Te dejo besos llenos de emociones, feliz semana
Tienes unos detalles...!!!!!
No me extraña que se emocionará.
Bss
Conral esta noche me has emocionado especialmente, quizas sea la manera en que has relatado, quizas sea esta historia llena de sentimiento, quizas sea ese caballete, quizas sea el maestro, quizas seas tu?, quizas sea todo el conjunto. Quizas sea que me has emocionado tanto que el bello se me ha erizado y me han saltado las lagrimas. Quizas debas hacer lo que me comentaste hace unas noches, tu sabras la razon y el por que. Hablamos por privado, ya te contesto al mail que ahora estoy muy cansadina y emocionada para escribir mas.
Besines de corazon.
Ali_
tierna historia para hoy,engalanada con tu arte,por supuesto!!!
también tengo buenos recuerdos de mi paso por la escuela..
gracias por compartir..
besoossssss
Me ha gustado muchisimo esta entrada, el texto y el cuadro,con cada nuevo retrato creces un poco mas. Bicos.
Fabuloso!!tus retratos son tan reales que parece que van a salir andando-
Siempre es bueno agradecer los detalles y ahora tu maestro disfruta este estupendo cuadro hecho por su alumna,estará orgulloso de ti.
Me ha gustado mucho esta historia,gracias por compartir tu vida además de tus trabajos.
Te debo ese mail que mandaré enseguida,si puedo esta noche.Feliz semana.Un beso
Conchi magnifico como todos tus retratos , te salen también las caras y los ojos con lo dificil que es para algunas y que bien te salen a ti, y tu relato que decirte lo cuentas tan bonito y tan tierno por lo que dices veo que las carmen nos gusta aprender de todo y enseñar lo que sabemos bueno que decirte mas solo que me gustaría tenerte mas cerquita para que me enseñaras algo de como hacer retratos, besitos
Se me olvidaba tengo un mimo para ti en mi blog
Conchi te ha quedado muy bien el retrato de tu maestro, le habrá encantado el regalo.
Me ha gustado mucho como has relatado tus primeros años en la Escuela, me ha recordado los míos, la ilusión que me hacía aprender a leer y a escribir. Lo bien que me aprendí de carrerilla los límites, cabos y ríos de España, tanto que todavía me los sé de memoria.
Un beso
Tomi
Gracias de parte de todos los maestros. Esa es la dignidad y el respeto que deseamos y no otro. Muchas gracias.
Hola Conchi: Perdón por no pasar en todo este tiempo. Todo esta bien, lo que pasa es que algunas veces es necesario hacer un descanso para luego seguir.
Al leerte me has hecho recordar el caballete donde pintaba mi madre hasta muy poco antes de irse.
“Maestro” ¡que palabra mas bonita!, no es comparable con ninguna otra.
Eres una mujer muy completa, yo a tu lado soy una hormiga, pues ni pinto, ni nada de nada.
Besos y biquiños de mi tierra.
Conchi, tienes un lugar encantador, me ha encantado este lugar, es magnifico, pasare mas a menudo por este precioso lugar.
Un Saludo y hasta la Próxima
Conchi,no se que decirte,te admiro,solo puedo decir,gracias.
Un abrazo.
Lucero
La figura del maestro/a es grande muy grande y tú con este relato la engrandeces mucho más, haces emocionar a las piedras y ¡mira que son duras! y nos traes un nuevo retrato, el del maestro, ¡qué gran obra! como es costumbre en tí los ojos hablan y ven de reales que son, su cara es la de la foto que acompañas, perfección y buen hacer, te felicito por el gran retrato que hiciste.
Abrazos.
Donde andas Conral????
Jooo puñetera me has dejado la carne de gallina y con una gran paz! ahora mismo me llevaste a otro lugar no puedo decirte mas.
Don jose puede esta orgulloso es una gran obra se nota que lleva corazon, tiene cara de buena gente!
Un abrazon muy fuerte Conchi
CONCHI haciendo el relato de tus recuerdos cuando eras pequeña, has retratado como era la vida de aquella época.Han venido a mi memoria los recuerdos de mi niñez.Me has puesto un nudo en la garganta al leerte,pues escribes también que haces que afloren nuestros propios sentimientos.
El retrato ,yo lo veo magnífico, lo que más valoro de los pintores es pintar retratos y tú los bordas.Te felicito y te doy la enhorabuena por todo lo que haces.¡¡¡¡FELICIDADES!!!!!!
MUCHOS BESOS.
¡Que bonito es lo que nos has contado! ¡Que importantes son para nuestra vida aquellas primeras maestras-os que tuvimos y nos enseñaron a ser personas entre libros, deberes, dibujos...
Cómo se nota el cariño y el aprecio que os teneis mutuamente, y ya ves con tu cuadro tan requetebien pintado, le emocionaste y nos has emocionado a nosotros.
Un abrazo
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