Ese es el título de este blog. Un espacio que decidí explorar con la ayuda de mis hijos y de mi marido.
Fue en septiembre de 2006 cuando di mis primeros pasos por aquí. Y fue mi hija la que me sugirió el título del blog.
No sabía qué compartir con las personas que me visitaran y empecé a publicar unos humildes poemas que escribí un año antes en un periodo de baja laboral. Aquella época también me sirvió para aprender muchas cosas que me ofrecía el manejo del ordenador. Recuerdo que me entretenía con el photoshop y las fotos que yo hacía y montando luego presentaciones con el power point. Aquello era una aventura maravillosa.
Han pasado muchos años, ¡nada menos que 18 años!
Tengo que reconocer que le tengo mucho cariño a este blog, donde he guardado muchos recuerdos, donde he compartido muchos sentimientos, y que gracias a él, he conocido a personas maravillosas de las que he aprendido siempre mucho.
Es verdad que ahora los tiempos son otros, que ya no están tan de moda los blogs, o que las blogueras se han ido a otros espacios. Yo publico menos entradas, entre otras cosas porque hago muchas menos manualidades. Ahora ni coso, ni pinto, ni hago pendientes ni pulseras. Ahora me dedico a otros menesteres. Menos hacer y más disfrutar de las pequeños cosas en cada momento.
Estoy muy, muy agradecida por haber podido vivir la época de las blogueras, tan activas, tan generosas, tan divinas!!!!!
A todas y a cada una (también a los blogueros) os mando un abrazo grande con mis mejores deseos de amor y de paz. Paséis o no por aquí sé que os llegará porque siempre estaremos unidos por los lazos invisibles de la amistad.
No espero...
un precioso ramo de promesas incumplidas por las ingeniosas mentes que gobiernan con mentiras.
Ni deseo...
Sentir en el corazón las tinieblas más temidas arropadas por la duda de la esperanza perdida.
Quiero...
Reír como un ser dichoso que proclama la caricia de palabras y de actos como la única salida de este mundo sin sosiego lleno de odios e injusticias.
Porque...
Ser amable y elegante dejando a niños y niñas adentrarse en la miseria sin salud y con heridas, lo hace el que vive solo, en la gloria y la desdicha.
Ser común es ser feliz sintiendo la unidad viva con un genial soldado que nunca busca la huida sino que lucha por la paz con su mente y con su vida.
Sueño con poder...
Imaginar un abrazo al amanecer el día.
Resucitar el deseo de amar que dentro existía.
Enamorarme de noche con ilusión y alegría.
Acariciar la locura de la risa compartida.
Saborear la soledad en el nido de la vida.
Silbar, besar, abrazar, engendrar sabiduría,
Y...
Escribir este romance cual alma agradecida que siempre da las gracias, sí, por la noche y por el día.
(9-05-05)