Pasos

Hace unas semanas me pidió mi hija que le pintara un cuadro para un hueco que quedaba en la pared del salón. Quería algo bohemio, diferente (decía), que no fueran flores ni paisajes. Empezamos a pensar en posibles motivos y nos acordamos de una foto que ella se hizo sola de sus pies en posición de un paso de baile. Aquella fotografía es muy significativa para ella, porque además llevaba puesta una tobillera debido a un esguince que estaba sufriendo.

Bueno, pensé, intentaremos pintar los pies, pero ¿sobre qué soporte y con qué técnica?

Me acordé de un marco que yo había guardado por si podía reutilizarlo. Ese marco también tiene historia. Hace unos años estábamos trabajando en el montaje de una obra de teatro, unos entremeses de los Hermanos Álvarez Quintero. En uno había un personaje que era un latonero y llevaba muchos achacales viejos. Buscando estos objetos mi padre se encontró un marco dorado en un contenedor de basura, que hay al lado de su casa, y lo cogió. Nuestro amigo Pepe, el latonero, salió en la obra de teatro con el marco colgado junto a otras muchas cosas. Aquella fue la última obra que representamos. Yo había guardado el marco como recuerdo.

Así que decidí que el tamaño de aquel marco venía bien para el hueco de la pared del salón donde mi hija quería colgar un cuadro. Pensé que pintaría los pies en tela con pintura acrílica, esa que utilizo para todo. Cogí un trozo de tela del tamaño del marco y empecé a situar los pies haciendo una composición un tanto atrevida.

Al mismo tiempo pensaba en cómo podría decorar el marco, ya que era dorado y lógicamente estaba estropeado (lo habían tirado, no lo olvidemos). Le di varias manos de pintura blanca para cubrir el dorado. Luego le di barniz marino que amarilleó el blanco y sobre ello dibujé con un pincel finito con pintura plateada. Creo que quedó diferente y lo hizo elegante a pesar de ser tan fino.

Para sujetar la tela al marco le puse una tabla fina por detrás. Para finalizar le di a la tela una mano de barniz satinado, que tiene poco brillo.

Y ya está colgado, justo en la pared de enfrente del pasillo que lleva a la puerta del piso y desde allí, desde la puerta, se ve precioso. ¡Al menos, a nosotros nos gusta! (Un cuadro lleno de recuerdos)