Esperancita

Hace meses me traje de casa de mi padre una calabaza para pintarla. He visto verdaderas maravillas en calabazas decoradas y yo quería probar. Bueno, pues la pobre daba vueltas de un rincón a otro y yo pasando de ella, ocupada en otros menesteres. Hace unos días me dije que ya era hora de pintar algo en aquella calabaza y de pronto me acordé de las lámparas que se hacía antiguamente con ellas o con sandías. Pero claro yo no me iba a poner a calarla porque entre otras cosas se rompería por estar muy seca. Así que pensé en pintarla. Pintar la lámpara. Pintar como un agujero con una vela dentro.

Una idea muy sencilla pero que me ha costado mucho ya que el reto consistía en engañar al ojo de manera que la panza de la calabaza (que viene hacia fuera) simulara un agujero, una cueva, (que va para dentro). Ufff, difícil.

En el interior una vela encendida. Esa luz que siempre debe alumbrar en nuestras vidas. La luz de la esperanza o de la esperancita, pues a veces nos venimos un poco abajo y casi ni la vemos.

Pues esto simboliza mi último trabajo, que no es una gran cosa pero es lo que he hecho estos días y quería compartirlo con todas las personas que me visitan.