Hace unas semanas ya que se nos fue nuestra preciosa gata Chiquitina. Un poco antes de que ella enfermara mi hija encontró en una de las calles del centro de Córdoba a un gatito pequeñito. Como no puede reprimirse con ellos (parece que la atraen), lo acarició y el gato la siguió. Ella, al tener que coger el autobús y no querer dejarlo abandonado en la calle, lo cogió y ya se lo trajo a casa.
Este se llama "Figarillo". Vino bastante pequeño pero ya comía (la foto es de hoy, así que ya está grande).
Pensamos que Chiquitina lo adoptaría. Pero la pobre no estaba para "niños" chicos, bastante tenía encima. Fígaro quería jugar con los otros gatos, pero estos ya son adultos y se pasan el día "descansando". No tienen ganas de chiquilladas.
Después de morir Chiquitina nos dieron otro gatito. Era super pequeño y salvaje. Había nacido en el campo y no se fiaba de nadie, se asustaba y se escondía. No sabía beber, así que había que cogerlo con guantes pues podía morder y darle la leche con una jeringa (de eso se encargaba mi marido).
Pues bien Fígaro descubrió al chiquitín y pensó: ¡ya tengo un juguete!
El chiquitín descubrió a Fígaro y pensó: ¿esta es mi madre o mi padre? No los reconozco, pero da igual, me lame, me mordisquea, me deja que lo chupe... ¡Este en mi madre!
Y ya está. Los dos se buscan, se quieren, se necesitan.
Nosotros, como ya os podéis imaginar, estamos todo el día observándolos y llamándonos: ¡Ven, ven, corre, mira qué postura tienen, mira lo que hacen, mira cómo juegan!
¡No digáis que no es tierna esta imagen!
12 comentarios:
Que bonita la historia, la foto me encanta.
pasate por mi blog que tienes una cosita para ti
besos
¡Hola conchi!: parece que te voy siguiendo esta mañana aunque en este blog hacía días que no entraba y ahora veo lo de los árboles de cobre que hace tu padre, tienen que ser preciosos porque de la manera que lo explicas que están plantados, me imagino maravillas.
Y los gatitos... es verdad, los animales derraman amor por sus cuatro costados.
Besitos.
tienen suerte los gatitos de caer en vuestra casa pues no les faltara cariño y cuidados.
la foto es de lo más tierna y relajante, mirandola te da sensación de paz y bienestar
un abrazo
maru
Hola Conchi, preciosa imagen, no me extraña que tu hija se lo llevara a casa. Yo hubiese hecho lo mismo. ¡Qué historia más tierna!
Un abrazo
Hola Conral.
A mi me encantan los gatos pero no los puedo tener cerca porque soy alergica, aunque si que tengo: 1 gata, 7 perros (de raza pequeña), 1 cabra que acaba de tener 1 cabritillo, palomas, gallinas, etc, supongo que te ya te has imaginado que vivo en el campo....pues si has imaginado bien.
Besos y a seguir cuidando a los animales ellos nos dan su amor sin esperar nada a cambio.
Divina la historia y nunca mejor publicada que hoy domingo 20 de julio dìa del amigo!
Te mando un beso grande y disfruten mucho de esas 2 preciosuras, besossssss........
¡Bonita escena!
Qué bueno que estos gatitos han encontrado un hogar.
¡Salud♥s. Melba
La verdad es que todo lo que dices es enternecedor y lo que los comentarios dicen es cierto. Tenéis un muy buen corazón así da gusto ser vuestros/as amigos/as (ya doy por hecho que lo soy).
Abrazos.
Desde que tenemos la casa son muchos los gatos que han pasado por aquí. No los dejamos entrar (cosa que todos desean y en cuanto te descuidas se cuelan), pero cuando son pequeños los dejamos en el patio, arriesgando las plantas, pues a ellos les encantan jugar con las cintas o dormir encima de ellas, pero qué le vamos a hacer. Ellas, las plantas, solidarias también, después vuelven a brotar. Una vez que los gatos saben defenderse duermen fuera, en la calle, son libres. Van y vienen, eso lo tenemos asumido. Pero es una delicia verlos subir a los árboles, cazar, correr, subirse al tejado o tumbarse a dormir...
Gracias por vuestros comentarios y por vuestro tiempo.
Un abrazo.
Conchi
hola bonita pasate por mi blog de manualidades o premios hay algo para ti besos
Hola Conchi.
Cada vez que vengo a tu blog además de ver trabajos preciosos descubro una buena historia.
Tu blog es muy especial. Me alegro mucho de haberlo descubierto !!!
Encantadora escena la de los dos gatos recostados.
Ah, que maravilla poder acaricar a un gato, porque yo conozco algunos que no se dejan por nada del mundo...
Nos mantienen a raya...
Un abrazo, amiga
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